La gente se refiere a este vasto lugar simplemente como el desierto, ya que nadie recuerda lo que había aquí antes. La edad dorada de los seres humanos ha pasado hace mucho tiempo. Ahora solo hay arena, y la única esperanza está en la humedad.
Los viajeros cruzan el desierto que se extiende desde las laderas de las montañas Akaishi hasta los acantilados de Seaclaw. Ciudades antiguas medio en ruinas son hogar de las últimas comunidades humanas que luchan por sobrevivir buscando lo poco verde que queda en pie. Estos viajeros del desierto transportan mercancías en los lomos de sus orugas. Aunque su único objetivo es ganar tanto dinero como puedan, al mismo tiempo y de manera más o menos deliberada, están ayudando a devolverle la vida al desierto llevando pequeñas plantas desde los invernaderos artificiales de las ciudades hasta los rincones más remotos de este océano de arena.
Diseñado por Ariel Di Costanzo y Javier Pelizzari e ilustrado por Ernest Sala, Sand es un juego con un mecanismo principal de recoger y entregar que se puede disfrutar solo o en grupos de hasta cuatro jugadores en partidas de unos 120 minutos de duración. Los jugadores tienen que ganar la mayor cantidad de oro posible después de seis rondas (cinco en un juego de cuatro jugadores) para ganar.
En Sand, los jugadores se ponen en la piel de estos intrépidos viajeros del desierto que recorren los caminos del tablero y visitan las diferentes ciudades. Recolectan bienes para llevarlos a otros lugares y así ganar oro por el servicio de transporte. Cruzan las dunas en los lomos de sus fieles orugas, que, cuidadas, crecerán y ayudarán a los jugadores a completar sus tareas de manera más efectiva. En el camino, se unirán a ellos compañeros serviciales y se les encomendarán misiones que, si se completan, traerán buenos beneficios al final del viaje. Ayuda a las plantas a echar raíces de nuevo, y tal vez todavía haya algo de esperanza para este lugar desolado…
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